17 de octubre de 2008

Para no olvidar

El otro día escuché decir a la nieta de un hombre asesinado en la Guerra Civil que para que una herida cicatrice antes hay que limpiarla bien; y me encantó esa frase, es una gran verdad.

Desde que apareció la tan traída y llevada Ley de la Memoria Histórica muchos son los que la han criticado, argumentando que había que dejar el pasado precisamente ahí, en el pasado, que todo esto que la ley pretende lo único que consigue es abrir viejas y profundas heridas que ya habían cicatrizado, que los que la promueven lo hacen con un afán revanchista... Curiosamente estas palabras siempre vienen de personas que o bien lucharon en el bando nacional, o tienen familiares que lo hicieron o comulgan con sus ideas. Pero no, esas heridas no han cicatrizado, esas heridas siguen ahí, bien abiertas.

A mi modo de entender y de ver esta situación, lo único que la Ley pretende es poner las cosas en su sitio. ¿Qué hay de malo en querer desenterrar a un familiar fusilado y enterrado en una fosa común, darle una sepultura digna y que se reconozca que esa persona, pese a ser republicano, también es un caído por España?. Harta estoy de encontrarme en la fachada de iglesias y conventos listas de los gloriosos caídos por España, pero todos pertenecían al bando nacional. Me llevan los demonios!. Hay que callarse y dejar las cosas como están por que hay gente muy poderosa (y muy mala!) que no quiere escuchar verdades como puños, ni tampoco les interesa que empiecen a abrirse fosas comunes. Pero, ¿qué temen?, creo que es bastante evidente: que la gente olvide (si olvidamos estas cosas estamos perdidos, ¡que olvide su puta madre!), que no les vean como lo que eran, unos golpistas asesinos que desestabilizaron y destrozaron un país y a sus gentes durante décadas. Y muchas cosas más temen!, cada cual que saque sus propias conclusiones. Por vergüenza no creo que sea, pues no creo que tengan. Aquí también meto a la iglesia, esa poderosa y horrible institución que cada día se trabaja el que más gente sienta verdadera repulsión hacia ellos.

Yo no quiero pasarme toda la vida de tira y afloja con este tema, pero me duele mucho. Me duele que siempre se machaque a los mismos cuando lo único que se pide es justicia, dignidad y poner las cosas en su sitio. Me duelen los recuerdos de los relatos de mis abuelos sobre los años que pasaron en la cárcel y las continuas torturas que sufrieron durante los años de cautiverio y en los posteriores.

Por eso apoyo y me parece maravillosa la decisión que tomó ayer el juez Garzón en base a los motivos que aquí se detallan.
Solo se pide justicia, no más.

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Alanis Morrisete, "Han in my pocket"